Crudo,
frito, cocido, en salsa, en zumo o en un gazpacho, el tomate es un
alimento nutritivo y refrescante que, por su sabor y bajo precio,
forma parte de la dieta de la mayoría de los españoles, sobre todo
en esta época estival.
Puede
prevenir hasta nueve tipos de cáncer, reducir el colesterol,
combatir infecciones, fortalecer el sistema inmune, eliminar el ácido
úrico, aplacar el dolor artrítico y reducir el riesgo de infarto.
El
tomate es un conocido remineralizante y desintoxicante. Además
de las toxinas que expulsa debido a su efecto diurético, también se
encarga de eliminar el ácido úrico y de reducir el colesterol. La
sustancia que, según todos los estudios, es responsable de este
resultado es el licopeno,un pigmento vegetal de la familia de los
carotenoides que otorga al tomate su característico color rojo. El
licopeno posee propiedades antioxidantes y numerosos estudios han
demostrado que su consumo habitual contribuye a reducir algunos tipos
de cáncer –como el de próstata, pulmón y tracto digestivo– y
el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. También se han
contrastado sus efectos positivos en la prevención de la
arteriosclerosis y del síndrome de degeneración macular, principal
causa de ceguera en las personas mayores de 65 años. El licopeno
también se encuentra en las sandías, las zanahorias, los
albaricoques y los pomelos. La diferencia es que el tomate es el que
mayor proporción tiene de este pigmento, hasta el punto de que
proporciona el 90 por ciento del necesario para el organismo.
Hay
diferentes tipos de tomates,
pero, a grandes rasgos, todas las variedades comparten las mismas
propiedades nutritivas: son una fuente de potasio, fósforo y
magnesio –necesarios para la actividad normal de nervios y
músculos–, nos aportan importantes cantidades de vitaminas B1, B2,
B5, E y, sobre todo, C y A –en concreto, betacaroteno o
pro-vitamina A–. El tomate apenas contiene grasas. Esta
característica, unida a su poder diurético, lo convierte en un
aliado de excepción en las dietas de adelgazamiento y de control de
peso.
Rico
en Vitaminas C y A, - Vitaminas grupos B, PP y K.
- Minerales: Fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso, zinc, cobre, potasio y sodio.
- Bioflavonoides
- Licopeno
- Altas propiedades antioxidantes y por tanto un excelente aliado contra el cáncer.
A
las ya citadas propiedades se le puede agregar
- Resistencia a las infecciones.
- Vista (vitamina A)
- Prevención de cardiopatía
Datos
nutrición de 1 tomate mediano (148 g )
Calorías
.35 Total Carbohidr. 7g 2%
Calorías de grasa 10 Dieta Fibra 1g
4% Total Grasa 1g 2%
Azúcar 4g Grasa Saturada 0g 0%
Proteína 1g Colesterol 0mg 0%
Vitamina A 15% Sodio
5mg 0% Vitamina C 35% Calcio 0%
Hierro 2%
Los
antioxidantes son un grupo de vitaminas, minerales y colorantes
naturales que protegen las células de nuestro organismo de los
efectos dañinos causados por los radicales libres, unas moléculas
que se forman en el cuerpo humano al entrar en contacto con el
oxígeno; es decir, cuando respiramos. Los radicales libres son, en
parte, responsables del envejecimiento, de las enfermedades
cardiovasculares y de la aparición del cáncer, y actúan atacando a
las membranas celulares y al material genético de las células –el
ADN–.
Este
proceso de oxidación celular, que afecta a todos los tejidos, ocurre
de forma natural y es inevitable ya que no podemos vivir sin
respirar, pero factores como la contaminación ambiental, fumar, las
dietas ricas en grasas saturadas, tomar demasiado el sol y el
ejercicio físico excesivo contribuyen a aumentar la producción de
radicales libres.
La
mayoría de los antioxidantes se pueden encontrar en los alimentos
vegetales, por eso es tan importante incorporar a nuestra dieta
frutas y verduras en abundancia: te protegen contra los radicales
libres de forma natural. Las tres grandes ‘pociones’
antioxidantes son las vitaminas C, E y los betacarotenos –o
pro-vitamina A–. Algunos de los alimentos con mayor poder
antioxidante son: los cítricos, los frutos secos, la espinaca, la
cebolla –sobre todo las moradas–, el aguacate, las bayas –moras,
fresas, arándanos–, el repollo, la zanahoria, la uva, la calabaza,
el melón, el kiwi y, por supuesto, el tomate.
Conserva
casera de tomate
Es
Una forma segura de conservar los tomates del verano y poder
disfrutar en invierno de su sabor. El proceso es el siguiente:
1º
Se seleccionan buenos tomates, sanos y coloraditos, también algunos
pimientos. Se lavan , se pelan y se les quitan algunas semillas y un
poco de caldo a los tomates.
2º Se trocean y se van colocando en un recipiente.
3º
Se lavan muy bien los botes de cristal, también se pueden hervir y
se esterilizan. Después, se van introduciendo dentro los tomates y
algunos pimientos troceados, hasta que el bote esté lleno y evitando
que se quede aire dentro. Se añade un poquito de caldo de tomate y
al final un poquito de aceite de oliva.
4º
Se cierran muy bien los botes y se meten al baño maría de 15 a
20 minutos, desde que empieza a hervir.
5º
Pasado el tiempo se retira el fuego, pero los botes se quedan dentro
hasta que el agua esté fría.
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